Ha sido una semana intensa, me encontré en Lublin con la rueda rota, y no abrían las tiendas hasta el martes, ya que el lunes era festivo. Así que lo que hice fue escribir en couchsurfing, para ver si alguien me podría ayudar, aunque fuera recomendándome una buena tienda de bicis. Pues al rato me contestó un chico que se llama Maciek.
Maciek es un tipo de 22 años, que justo una semana antes de que yo llegara a Lublin, su ciudad, él estaba viajando por España. Se fue con su novia desde Lublin hasta Gibraltar solamente haciendo autostop, y la vuelta igual, tardó solo 4 días en llegar. Y me comentaba que estando en Alicante un hombre les echó una mano, permitiéndoles quedarse en su casa. Y que cuando vio que un español necesitaba ayuda en Lublin, no se lo pensó dos veces. La verdad es que me contestó más gente, y tenía varias opciones, pero el perfil que más me gustaba era el de Maciek, así es que decidí aceptar su invitación, ya que se ofreció a que me quedara en su casa los días que hiciera falta.
Y no pudo salir mejor la cosa, después de cenar con su novia y su padre, me dijo que me quería llevar a una zona no turística de su ciudad, y así fue como en el Old Town nos colamos en un edificio semiabandonado y subimos a un tejado.
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Tejado en Lublin |
Y allí pude disfrutar de uno de los tesoros de Lublin, que poca gente local habrá podido visitar. Desde arriba se veía el castillo y la zona antigua de la ciudad, ahí estuvimos bebiendo cerveza y hablando de viajes Maciek, su novia y yo.
Pero lo que tocaba era arreglar la bici, así que al día siguiente lo primero ir a la tienda. La situación fue graciosa, yo intentando explicar lo que quería en inglés a Maciek, con palabras que no conocía como, buje, anchura de llanta, radios. Y él que no entendía demasiado de bicis, explicándoselo en polaco al vendedor. Al final entre spanglish, polinglish, gestos y risas pudimos entendernos. Y ahora tengo una llanta nueva. Mavic a119, de 36 radios en vez de 32, con buje shimano en vez del de serie, y un ancho de llanta de 21mm en vez de los 14 anteriores. Así que espero que esto sirva.
Había ratos que Maciek se tenía que ir al hospital a ver a su hermano que estaba ingresado por una cirugía menor, así que aproveché para conocer a fondo la ciudad. Pude disfrutar del castillo, los cementerios, y con diferencia lo que más me impresionó, el campo de concentración de Majdalek.
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Monumento a las víctimas del campo de concentración |
Espectacular, la piel de gallina, te dejaban entrar en los barracones, y podías ver las camas donde dormían, o todos los zapatos que les requisaban. Nunca antes había estado en un campo de concentración, y este según decían era de los pocos que estaban intactos, ya que les pilló a los alemanes en plena huida y no tuvieron tiempo para desmantelarlo. Dura visita pero imprescindible.
Así que con la bici arreglada y la ciudad pateada de un lado a otro, llegué a andar más de 20km un día, tocaba continuar con el viaje hacia tierras ucranianas, me hubiera gustado estar algún día más, cocinando tortilla de patatas o gazpacho para Maciek y su familia, que decía que le encantaba la comida española. Pero por tema de visado, no podía estar allí mucho tiempo, que sino, no me iban a dejar entrar en Rusia.
No tardé en llegar a la frontera ucraniana, según llego una larga hilera de coches esperando, no esperé la fila, adelanté por la izquierda y fui directamente a una ventanilla, todo esto en el lado polaco, y la militar que me atendía que apenas hablaba inglés, me decía que este paso era "only for cars", que me diese la vuelta y que me fuese buscando otra frontera, que por ahí no podía pasar.
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Cola en la frontera Polonia-Ucrania |
Suerte que en la ventanilla de al lado a un compañero suyo le había llamado la atención la bici, y salió a hablar conmigo, estuvimos hablando un rato, le dije de donde venía y a donde iba, y me dijo que le gustaba mi viaje, y que ojalá él en el futuro pudiera hacer algo así. Me dijo que esperase 5 minutos, se fue a hacer dos llamadas y al rato me comunicó que podía pasar, que tuviera buen viaje y cuidado con los ucranianos, esto último me descolocó un poco. Tras una media hora había pasado el control polaco.
Por otra parte en el lado ucraniano fue mucho más fácil, el primer militar me dio un papelito que tenía que entregar junto con el pasaporte y escribió algo en él, según iba pasando por las ventanillas entregaba el pasaporte y el papelito, no sé qué cojones pondría en el papel que en cada control cuando lo entregaba según lo leían sus compañeros se descojonaban de la risa. Rápidamente me pusieron el sello que me da derecho a estar 90 días en este país. Y el pedalear por Ucrania, una locura, pero sobretodo porque llevo 500 km por la misma carretera, una carretera llana, apenas sin curvas, con rectas que pueden medir 100 km, y todo el rato el mismo paisaje, afortunadamente con un arcén ancho y sin demasiado tráfico, excepto en la entrada a Kiev que ha sido la locura.
Entré un día lluvioso, y empapado paré en Kovel, la primera ciudad, en busca de un hotel, el dueño super seco, no sabía ni decir hola en inglés, yo tampoco lo supe decir en ruso o ucraniano, así que no le juzgo. Pensé que me estaba intentando timar, me costó media hora entenderme con él, pero finalmente resulta que la Grivna está muy baja y me costó la habitación al cambio 9€. Había una opción sin ducha por 3,5€, así que mal por mi parte, por pensar que me quería timar. La cogí con ducha por las ganas que tenía de quitarme el frío del cuerpo, y para mi desgracia no tenían agua caliente, me aseé como pude y a dormir.
Y el resto de días ya con sol, lo único que he hecho ha sido pedalear por la carretera eterna, 500 km lo mismo, sin ciudades, sin pueblos, sin nadie con quien poder hablar un rato, excepto la gente de las gasolineras donde compro agua y algo para comer, que tampoco es que hablemos mucho si no tenemos ningún idioma en común. Eso sí para acampar no hay problema ninguno, tengo kilómetros de bosques eternos y puedo elegir el sitio que más me guste.
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500 kilómetros a Kiev |
Psicológicamente se me ha hecho duro y largo el viaje por la misma carretera, pero como no tenía otra cosa que hacer pues he hecho un porrón de kilometros, y he recuperado algo de tiempo perdido por las averías. He hecho los 600km que separan Lublin de Kiev, en 4 días.
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Bajando poco a poco los kilómetros a Kiev |
La entrada a Kiev, una locura, como a cualquier ciudad grande, lleno de coches, camiones, patatas soviéticas de los años de Lenin, que no pueden ir a más de 60 km/h, y me quitan el espacio del arcén.
Ya que aquí para adelantar si vienen coches de frente lo que hacen es dar las largas al coche de delante para que este se eche al arcén, sin importarles si por ahí circula una bicicleta.
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Carteles de fácil comprensión |
Y por fin la ducha en el hotel, esta vez me la he podido dar caliente, los 2€ de más que me ha costado este con respecto al de Kovel marcan la diferencia. Mañana visitaré la ciudad, y no sé si quedarme algún día más, es enorme por cierto.
Yo estoy bien físicamente y de cabeza, pero se nota el no poder hablar con la gente. Veremos como vamos evolucionando, a ver si aprendo algo de ruso que ya me vale. Y ya mirando a la frontera rusa, esa sí me impone algo de respeto.. Veremos
Etapas:
Lublin - Kovel 170km
Kovel - Sarny 150 km
Sarny - Korosten 160 km
Korosten - Kiev 120 km